SE FUE ENETO SOBRINO DE CHACHAPOYAS

Pastillita para el Alma 26 – 07 – 12
 Son las 10 y 45 de la mañana y al sintonizar la radio de mi hermano “REINA DE LA SELVA” escucho que las notas de la Marcha de Levanto, que anuncia la muerte de alguno de nuestros paisanos, en esta ocasión, sus acordes suenan más tristes y llaman imperiosamente
al llanto que me hace desbordar una lágrima furtiva por mi rostro y en la imagen maravillosa de la mente, me transporto presuroso a las calles polvorientas de la Fidelísima Ciudad de mis amores, para unirme a esta manifestación de amor y gratitud, a uno de sus hijos preclaros del Departamento, nuestro Ernesto Trigozo Cubas. Ya no estará la imagen bonachona que sin ambages ni miramientos te estiraba la mano amiga para darte la bienvenida y en ese apretón y en la dulzura de su voz, te hacía entender que la familia, no solo es la que te une por los rasgos consanguíneos, sino también, por la pureza de nuestros sentimientos, que fluye sin intereses mezquinos, vanidades o pretensiones. Querido Eneto, el sobrino eterno de una sociedad sobria y conservadora de nuestro Chachapoyas, que ahora al amanecer, mientras la ciudad duerme, partiste para no volver nunca jamás. Te has ido Eneto materialmente, pero permanecerás todo el tiempo con tu figura bonachona, con tus pelos casharos, con tu sonrisa indescriptible, con tu mirada bondadosa de niño viejo, con tu andar apresurado de compañía permanente y tu inquietante espera para pedir el favor que nunca recibiste para tí. Tú sin ser rico te encargaste de los pobres, porque siendo rico y no teniendo nada, compartiste lo poco que te daban, en beneficio de los cientos de desamparados y olvidados por la decidía y miseria humana. Mi querido Eneto, fuiste de la poca gente, que aceptó las burlas o la indiferencia, pidiendo y recibiendo favores y nunca esperaste ser agradecido de aquellos a los cuales ayudaste, y sin querer, queriendo, fuiste el paladín de mi lema AYÚDAME A AYUDAR. Ayer no más escuchaba por la radio, la voz suplicante pidiendo sangre para que te transfundan. Seguro estoy que querías vivir más, que tu tiempo todavía no era exacto para que nos dejes. Tus retos eran eternos y no se podían cumplimentar. No sé si tu Virgencita de Belén encontró su corona que tantas veces pedías suplicante, o aquellos enfermos cerca de tu casa, por los cuales tanto te preocupaste, hallaron sus medicinas y se curaron de sus dolencias o ahora mirarán suplicantes al cielo, para que sigas velando por ellos. Bueno, la vida es breve y el mundo continúa inmisericorde con su vorágine de problemas y promesas y en la premura del tiempo no puedo transmitir, con mi pluma modesta y humilde, lo que mi alma siente por un buen hermano, como pocos, que siempre tuvo gratitud para los que compartieron sus anhelos y nunca desprecio para los ingratos. El pueblo de Chachapoyas unido y ungido de dolor, te despide en el Palacio Municipal, en un gesto sin precedentes de nuestro burgomaestre Diógenes Zavaleta Tenorio, quien en su calidad de maestro, y con la entereza de los hombres de bien, no escatima esfuerzos para darnos una lección de amor y de nobleza, que nos sirva de ejemplo de lo que significa sembrar permanentemente para hacer el bien, que aplaudo y agradezco humildemente. Eneto, muchos te llorarán y siempre te extrañarán, sin embargo en mi despedida, doliente y sincera, déjame decirte ¿por qué lejos de recibir la sangre de algunos que te donaron, no hiciste el milagro de compartir con nosotros esa sangre roja y amorosa, de un hombre que habiendo nacido en cuna de oro, vivió como descamisado, para que así siga floreciendo en nuestra tierra, el milagro de tu amor incomprendido, la dulzura infinita de tu bondad, de tu humildad y tu grandeza de corazón y nuestra gente siga siendo caritativa y piadosa, como tú lo has sido? SEÑOR DON ERNESTO TRIGOZO CUBAS, NUESTRO QUERIDO ENETO, GOZA DE LA PAZ DE D+OS Y DE UN PUEBLO QUE TE LLORA Y ADMIRA. Jorge REINA Noriega “AYÚDAME A AYUDAR” reynor@terra.com.pe