30 May 2013

MANTENGA Y RECUPERE SU SALUD CON LA BANCA INCLINADA


MANTENGA Y RECUPERE SU VITALIDAD CON LA
BANCA DECLINADA
(Por José Borrás Tortosa  contactos :   jborras.t@hotmail.com )


El planeta tierra es una unidad que, correspondiendo a tal carácter de unidad, de integración, actúa sobre todo aquello que le pertenece, ejerciendo una atracción centrípeta, esto es, que tiende a llevar a cualquier cuerpo o materia de su espacio superficial o interior hacia el

centro de su morfología esferoide. A la atracción a la que cede cada cuerpo se la denomina PESO y a la totalidad de la acción atractiva en nuestro astro y a distancia del mismo se la llama GRAVEDAD.

El peso es una fuerza vertical, que actúa hacia abajo.

Cuando estamos en estación erguida, de pie, en vertical, los pies están abajo y la cabeza arriba, de modo que la cabeza pesa sobre el cuello; ambos sobre el tórax, estas sobre el abdomen y la pelvis y todo sobre la columna vertebral. Con esta serie de sumandos, los pies soportan el peso entero del resto del cuerpo.

La referida posición vertical humana se hace más excesiva y peligrosa cuanto mayor es el periodo de tiempo en que obliga al organismo a mantenerla.

Si en cambio, se alterna con frecuencia dicha verticalidad por cualesquiera otras posturas totales o parciales del cuerpo. Se disminuye la presión unidireccional del peso sobre cada una de las células del organismo sujetas a la variación y se consigue otra presión igual o inferior en la totalidad o partes que hayan abandonado la erección acostumbrada.

Estos descansos de la presión única, mejoraran el equilibrio celular, el tisular y el orgánico, especialmente en la fracción liquida componente del ser, que son las dos terceras partes de su peso (sangre, linfa, etc.). Este líquido es más desplazable que los sólidos y por ello, determina notables variaciones de presión en las vías continentes que los mismos recorren y de un modo muy extenso e intenso en los vasos sanguíneos y linfáticos.

Gran número de personas permanecen de pie, sin interrupción cada día, de 8 a 16 horas seguidas. El efecto que tal error determina es una rápida degeneración, debida al exceso de presión, desde el corazón hasta los pies y de la insuficiente presión, relativa, desde el nivel del corazón hasta la cúspide de la cabeza.

Para prolongar y conservar la vida sujeta a tan adversa condición de verticalidad abusiva, la naturaleza recurre a defensas propias del organismo, para compensar esta mortífera diferencia de presiones, procurando igualarlas.

En estación vertical, la presión normal de la sangre, a la altura del corazón, es de 12 centímetros de mercurio en la fase de sístole (Contracción) del corazón. La presión aumenta 1 centímetro por cada 12 de distancia vertical, bajo el corazón, de modo que, la tensión en los pies viene a ser de 21 . La presión disminuye, igualmente 1 cm. Por cada 12 de altura sobre el nivel del corazón, de manera que en la cabeza viene a ser de 9. Así, la diferencia entre ambos niveles opuestos (cabeza y pies) es de 21-9=12.

Como son los pies los que soportan el peso del cuerpo y este esfuerzo necesita de un aumento de la tensión sanguínea, el corazón atiende primero a la mitad más necesitada de hipertensión, que es de la cintura para abajo, por el esfuerzo que se necesita de riego sanguíneo para los músculos, que sostienen el referido peso creciente del cuerpo. Así, el corazón, opera a favor de la inmediata, en contra de la mediata, más remota que es la tensión disminuida, desentrenada, en los niveles comprendidos entre corazón y cabeza.

Como fue abusivo el tiempo diurno de la posición vertical, también necesita el organismo demasiadas horas para reparar, en parte, el exceso cometido y en lugar de limitarse a dormir 6 horas, vuelve a caer en extremos abusivos, degenerantes, ya que mayoria de personas necesitan dormir 8 horas seguidas, con frecuencia hasta 12. A veces se cae en el extremo opuesto y no se puede conciliar el sueño a las horas naturales, biocronicas y luego, rendidos, prorrogan el sueño diferido hasta que el sol ha subido ya varias horas desde el horizonte.

Este nuevo abuso, compensa deficientemente el de la bipedestación diurna y al cabo de unas décadas, ha perturbado tan profundamente el equilibrio electromagnético celular que el desequilibrio fisiológico instaurado se hace crónico y se manifiesta en una serie, cada vez más frecuente de padecimientos de una u otra partes del cuerpo.

Ahora hablemos de los problemas que ocasiona el exceso de verticalidad en cada órgano:

ESTOMAGO.- Es un órgano hueco, cuya cavidad, más o menos virtual, reclama repleción, aunque no completa. El alimento tiene peso y este actúa en el sentido desde cabeza a pies sobre el estómago, tendiendo a hacerlo descender. Este desplazamiento o caída más debajo de su propio lugar es lo que se denomina PTOSIS.

El permanecer sentado en silla o reclinado, no mejora, en mayoría de casos, el problema de la gravitación unidireccional, sino que con frecuencia, la empeora a causa de que la menor diferencia de presiones entre cabeza y pies, tiene por contrapartida, degenerante, que la supera, el hecho de la disminución de la actividad circulatoria, por falta de esfuerzo, determinado por el reposo o la contracción estática de los músculos erectores, durante el tiempo en que se permanece sedente.

Cuando el estómago ha de mantener sus movimientos peristálticos luchando permanentemente contra la acción hacia abajo, debida a la gravedad, su digestión se ve perturbada.

INTESTINO DELGADO.- Cuando el intestino delgado es la parte más afectada de una persona, debemos saber que, también en este caso, el abuso de la verticalidad determina un tránsito acelerado por duodeno, yeyuno e íleon, con estancamientos o retrasos en las asas en posición de U, debidas a la invariabilidad. Esta, agota la tonicidad de las terminaciones parasimpáticas del sistema nervioso en dichos niveles, lo que ocasiona, a su vez, hipotonía de las fibras musculares lisas de las paredes intestinales, con marcada hipotrofía de los plexos de MEISSNER y de AUERBACH . No obstante, el alimento sigue su curso indigesto y acelerado, de carácter criptopático, debido a la facilidad del descenso con escasa contractilidad peristáltica, favorecida en su desentrenamiento por la “VIS A TERGO“ del contenido en las circunvoluciones intestinales.

INTESTINO GRUESO.- Este crea aún mayores problemas. El ciego humano es un pozo negro. Su apéndice vermiforme causa a menudo, el absurdo suicidio o peligro de vida, por la irrenunciada costumbre de mantener la columna vertebral erguida tantas horas seguidas. Los accesos de apendicitis, ya sea manifiesta o larvada, suelen ser nuncio de ruina no escuchada por el sentido común. El ciego, como fondo de saco de todo el intestino grueso, es el lugar de repleción y de subida del contenido de la luz, más por rebozamiento que por tonicidad peristáltica que contraiga las paredes de los haustros y permite rebasar el colón ascente y la flexura hepática para desbordarse por el colón transverso.

La tan frecuente estenosis del colón descendente de las personas, se debe a que el bolo fecal en formación no tiene la debida acción de amasamiento peristáltico, normal cuando este colón esta horizontal o declinado, sino que el desentrenamiento debido a que la vertical hace innecesaria colocinesia, cayendo o deslizándose el contenido cólico por su propio peso. Cuando la pérdida de tonicidad de este intestino, así como la flexura sigmoidea y del recto determinan un estancamiento de las heces fecales, aparece la autointoxicación intestinal más grave, manifiesta o no, con intensa leucocitosis y se llega al estado de disquecia, que es el peor de los estreñimientos, punto de partida de los cánceres de intestino y de recto.

HIGADO Y PANCREAS.- ¿ Por qué la mayoría de procesos patológicos del hígado, o de los órganos que dependen del mismo, por su carácter fundamental, de repleción sanguínea, con el correspondiente cambio local de presión interna, están más afectados por la circulación venosa que por la arterial?.

Porque la sangre venosa que procede del abdomen, lleva un sentido ascendente en la mayor cantidad de su caudal que, en el recorrido ascendente por las venas mesentéricas, la llevan hasta el nivel de confluencia con la procedente de la vena lienal o esplénica (la del bazo). Esta va desde el lado izquierdo hacia el derecho, y es la que menos perturba, salvo el caso de un decúbito lateral izquierdo prolongado. La reunión de sangre de estos dos sumandos principales tiene lugar en la porta, que es la más comprometida de las grandes venas en el organismo humano. Esta sangre se ha cargado de productos tóxicos y ácidos, de desecho que no se han eliminado con las heces al defecar.

Tales desechos vienen constituidos por los gases ácidos de las fermentaciones de los tramos proximales de intestino grueso, y los de putrefacción , procedentes de los tramos izquierdos o dístales de dicho intestino.

Por esta conjunción degenerante del factor mecánico de la verticalidad del tronco y el factor químico, cacotrófico, toxemiante, de una alimentación antinatural, el hígado se ve comprometido y sometido a una hiperfunción depurativa, metabolizadora de estos productos que impurifican la sangre, que acaba con la fisiología normal del órgano, por estasis. La sangre encuentra cada vez mayor dificultad para penetrar en el hígado; éste la rechaza y determina su estancamiento.

Durante largos años, este aumento de presión intraabdominal , se limita a un aumento de la repleción de líquidos en el abdomen, ocasionando obesidad.(se esta entrando en el camino de la ruina física).

La circunferencia o perímetro de la cintura se hace mayor que la del perímetro torácico, cuando la señal morfológica de máxima vitalidad, ya se trate de persona con mucho o con poco peso, consiste en que la medida del tórax, ha de ser máxima y la de la cintura, en cambio, mínima.

La posición declinada que aconsejo, llevada a cabo con la debida frecuencia, tiende a disminuir la presión general del abdomen desde cintura abajo y, aumentarla desde cintura arriba. Como el hígado es el órgano de mayor volumen, de mayor capacidad para los líquidos, y situado, precisamente en la parte más alta del abdomen, inmediatamente en contacto con el diafragma, que es el tabique muscular que, a manera de émbolo, verifica un masaje rítmico al hígado con cada respiración, exprimiéndolo, para vaciarlo de sangre y permitir que haya sitio y menor presión para la renovación de sangre. De este modo, la sangre venosa ingresada por la porta tendrá más fácil acceso al hígado. Así este órgano podrá cumplir con su función de depurar la sangre y volverla a la circulación, una vez limpia, por vía eferente, en condiciones de conservación del PH (equilibrio ácido-básico), mejorando de este modo todos los órganos del cuerpo.

El páncreas es la glándula principal digestiva, hasta el punto de que, por su tamaño y funciones, no forma parte del tubo, sino que está entronizada en la porción central de todo el organismo y aparato digestivo, al exterior del mismo tubo. Es el regulador principal de la materia digestiva, con sus enzimas, por una parte, y del equilibrio energético del organismo, glucógeno (glucosa, por lo que se refiere a sus funciones endocrinas, circulatorias).

Los errores de la humanidad con una alimentación viciosa en todos los aspectos, hacen que su trabajo secretorio para atender a los alimentos lípidos (grasas), con la lipasa; a los prótidos con la trípsina, y a los glúcidos con la amilasa, llegue a ser agotador y se haga extremadamente sensible a cualquier presión exterior, sobre todo si es menor que la interna de dicha glándula. Entonces, su hipertensión aumenta con rapidez hasta desequilibrar y anular el aspecto funcional endocrino que corresponde a las células productoras de glucagón y de insulina.

Mayoría de personas ingieren en cada comida una cantidad de alimentos mayor de la necesaria, de naturaleza tal que determina dilataciones con notable aumento de presión gástrica. Estas compresiones del estómago con su contenido, sobre la cara anterior del páncreas, se transmiten a través de este órgano, hasta la columna vertebral y a los grandes vasos, de modo que la glándula queda emparedada, cuando ya su tonicidad celular se ha perdido y la hipertensión interna no es capaz de reaccionar al ritmo del aumento de presión externa del estómago durante la digestión gástrica. Entonces, la circulación de moléculas D.N.A. hacia el polo sur de las células y de las moléculas R.N.A. hacia el polo norte, se paraliza, pasando de geotropismo positivo y negativo normales, cinemáticos, a una polarización permanente que rompe el equilibrio electromagnético que salva la troficidad de todo el organismo con la defensa alcalina del bicarbonato sódico del páncreas y determina una muerte más o menos lenta, pero progresiva, de los pacientes que solamente piensan en curarse en lugar de regenerarse, recurriendo, como medio principal, aunque no exclusivo, a la posición declinada, objeto de nuestra experiencia e información.

APARATO CIRCULATORIO.- Cada una de las células del organismo con su pequeña autonomía de vida subordinada a la armonía de la totalidad del organismo, en todas las variedades de estas unidades que lo componen, realiza una serie de funciones que sin otras tantas actividades que implican cambio, movimiento. Para estos cambios, para estos movimientos se necesita energía; esta energía requiere la estructura de orgánulos celulares destinados, unos a recibir, transformar, almacenar, utilizar eliminar materia, que procede del exterior, en determinadas condiciones químicas y vuelve, otra vez, al medio externo, cuando su ciclo fisiológico está cumplido. Por otra parte, como cada célula respira, es aerobia, también recibe aportación de oxígeno para que se pueda verificar la serie de combustiones requeridas por el metabolismo celular, ya que, si falta este elemento, la célula se asfixia, se intoxica, pierde su tonicidad, su fuerza; se incapacita para las restantes funciones endocelulares; corre el riesgo de reproducirse de un modo excesivo y anormal, anaeróbico, cancerígeno, anárquico, si antes no muere, víctima de su profunda degeneración.

Necesita, pues, recibir nutrientes, de una parte para poder asimilarlos y, de otra, recibir el oxígeno que permita la función mitocondrial de la respiración celular.

Para que esto suceda existe el aparato circulatorio de la sangre, encargado, por lo que concierne al aparato digestivo, de absorber los nutrientes elaborados en el intestino, con los alimentos transformados en quilo, para cumplir la parte anabólica de la asimilación, que tiene su contenido final a nivel celular.

Por lo que se refiere a la respiración, los hematíes, o sea eritrocitos (globulos rojos), son elementos formes de la sangre, cuyo componente, llamado hemoglobina, carga, al llegar a los pulmones, el oxígeno del aire inspirado. Estas moléculas de oxihemoglobina, al llegar a los capilares inmediatos a las células, descargan este oxígeno, el cual es aprovechado al pasar al interior de la membrana citoplásmatica y ser captado por las mitocondrias, en su función de microscópicos pulmones celulares.

El residuo carbónico de las combustiones celulares, sale de éstas en forma de dióxido de carbono (CO2), el cual es cargado en la hemoglobina, y cuando alcanza la sangre venosa en la circulación menor, se desprende a nível de los pulmones dicho gas carbónico para salir al exterior, merced a la función emuntorial (eliminatoria del aparato respiratorio).

El aparato circulatorio sanguíneo es, pues, un puente, un medio de transporte entre las estaciones digestivas y respiratorias, que dependen del medio exterior y, por el otro extremo la totalidad de células de nuestro organismo que va a aprovechar la materia(nutrientes) y la energía(prana del oxígeno) de que son receptoras las células.

No todos los nutrientes están formados por moléculas del mismo tamaño, ya que pueden proceder de alimentos de muy distinta composición y sufrir transformaciones necesarias, más o menos completas, para alcanzar la magnitud desintegradora de una perfecta asimilación. Este fallo de calidad del alimento y de economía fisiológica deficiente, por abusos funcionales, crea problemas en el aparato circulatorio y en la sangre, o sea, en el continente y en el contenido, que reducen las capacidades autorreguladoras de presión, temperatura, composición y proporciones de los estados físicos y químicos propios del aparato circulatorio al que nos estamos refiriendo.

El organismo humano necesita, urgentemente, vivir en perfecto estado funcional, en plenitud de facultades psíquicas y físicas, en lo sucesivo más de un siglo. Esto se podrá conseguir cambiando la doctrina de frecuencia normal de reposos gravitatorios y manométricos (de presiones) de cada parte del cuerpo, de acorde a las fases de los distintos ciclos (personales o biorrítmicos), telúricos o diarios, semanales o lunares, mensuales o solares.

En cualquiera de las posiciones en los que el tórax se encuentre a un nivel inferior al del abdomen, la presión en los vasos correspondientes a nivel torácico, al de cuello y al de cabeza, se encuentra aumentada por la acción de la gravedad.


El cuerpo humano no agacha el tronco con la frecuencia suficiente, ni siquiera la cabeza, que es la parte más necesitada de esta frecuencia.

La frecuencia implica duración escasa y repetición del movimiento numerosas veces. Es lo opuesto a la duración prolongada durante horas.


Cuando la persona no prolonga la posición invertida mucho más de un minuto, el efecto de la acción de la gravedad no es perjudicial, sino altamente beneficioso; tanto más cuanto con mayor frecuencia lo realice. Verifica, entonces, un entrenamiento formidable de la resistencia de los vasos a los cambios de presión, y un cambio energético que favorece la vis a tergo, la velocidad y la volemia de la circulación




Cuando se adopta la posición declinada, en vez de la vertical invertida, con un ángulo que varia entre los 5 y 20 grados según entrenamiento de la persona, los gases del organismo tienden a desplazarse hacia niveles de mayor elevación. En consecuencia, esto facilita que puedan escapar de su estado de disolución en los líquidos (o nivel espumoide) y reduce la presión que requieren para disolverse en dichos líquidos, los que no lo hayan hecho.

Como las fermentaciones del tubo digestivo constituyen un proceso de formación de gases ácidos y el paso desde la luz de los órganos digestivos a la sangre por incremento de presión que los disuelve en la misma, determinan un descenso del PH sanguíneo, esto es, acidificación que va a tener una influencia nociva cuando alcancen a cada célula del cuerpo, mediante la circulación, la referida posición declinada permitirá cada vez que se adopte, un aumento de PH sanguíneo que anule el peligro opuesto, porque dará lugar a que los gases emuntoriales del intestino salgan a tiempo por el ano, en lugar de acumularse con presiones anormales que los hace extravasarse y disolverse en la sangre. Sangre ácida equivale a toda clase de enfermedades. Sangre, moderadamente alcalina, no produce alcalosis si cada órgano mantiene su ritmo diario de hipertensión e hipotensión normales, por una conducto biologica equilibrada.






Ejercicio.- Levantar piernas y tronco, flexionar muslos y rodillas hasta hacer contacto de rodillas con hombros o banca.

Las posiciones que aconsejo, producen aún efectos más rápidos e intensos, cuando, estando en las mismas, se llevan a cabo respiraciones voluntarias completas.



La declinación determina aumento de presión de la sangre arterial en la cabeza, por lo cual se activa la circulación del riego sanguíneo en esta parte del cuerpo.

La volemia (volumen de la sangre que llega) aumenta también, y este excedente de sangre oxigenada, pasa con mayor facilidad, en su fracción más fluida, más acuosa afuera de los vasos del encéfalo, en su relación con líquido cefalorraquídeo. Este líquido mantiene a flote a dicho órgano . También a la médula espinal, de modo que quedan substraídos a la acción de la gravedad estos órganos capitales del sistema nervioso central. Esto evita rozamientos peligrosos con la envoltura ósea, que es el cráneo y la columna vertebral.




La cadena de nervios del sistema nervioso ortosimpático y los nervios vagos y demás pares craneales, reciben un riego sanguíneo más abundante y vigoroso, sobre todo desde cintura hasta cabeza , lo cual es otro factor muy favorable para mantener el tono de la circulación sanguínea, y la potencia de los movimientos peristálticos, diversos, y de su sinergia motriz, para facilitar la eyección de enzimas de las glándulas del aparato digestivo.

Esta tonificación es una práctica de conservación de los referidos órganos.

Como las personas permanecemos en pie o sentados muchas horas seguidas y los órganos de reproducción se encuentran en la parte inferior del tronco, soportando el peso de las vísceras situadas a más alto nivel, a pesar de los ligamentos y demás sistemas de suspensión de los mismos, cuya eficacia actúa, primordialmente, en sentido horizontal del tronco, la presión que soportan tiende a producir su descenso o su desplazamiento, Esto determina estímulos anormales en la relación psíquica de estos órganos con la hipófisis, facilitando costumbres innecesarias actitud y actividad sexual y, en las mujeres, depuración mensual que altera el equilibrio del ciclo menstrual en su relación barostática (equilibrio de presiones internas) de las fases lunares, esto es, de la influencia del satélite sobre los humores y gases del organismo.

Al adoptar de un modo habitual las posturas declinadas, con el ritmo necesario, a la congestión hipogastrica y genital, sucede la descongestión.

No hay duda de que en esta posición estamos fortaleciendo el corazón y dando un riego sanguíneo al cerebro y aunque sea por un breve tiempo, constituye un notable descanso para los órganos más comprometidos en el nivel distal del tronco, lo cual es suficiente para invertir las acciones negativas y sus condiciones , por sus opuestas, altamente favorables a la depuración digestiva por medio de las heces; a la circulatoria por medio de la orina y a la psiconeural y endocrina por genitales.

También previene y corrige las varices, hemorroides, y otros desprendimientos o descolgamientos.

La postura declinada en decúbito supino, cara al cielo, permite mantener los miembros verticales, pero en sentido contrario al que sostiene su verticalidad. Actúa para descansar las manos sobre los antebrazos, los antebrazos sobre los brazos y finalmente sobre los hombros, y las células de la médula roja de las cabezas de los húmeros obtendrán de este modo un turno de descanso de la presión endocelular , que actúa, notablemente en la inversión traslaticia de movilización del ácido desoxirribonucleico desde la parte superior a la inferior, que ahora ha cambiado, mientras que el ribonucleico, que estaba en el polo norte de la célula, pasa, al polo sur de la misma.

Esto amplia el campo magnético de la médula roja y, como ya dijimos al tratar de la circulación , actúa sobre el hierro de los eritroblastos permitiéndole a cada átomo de este elemento una prolongada vida fisiológica, que repercute en el futuro hematíe, haciendo imposible ningún proceso degenerativo de anemia ni celular ni cromática.

Este es el fundamento de la regeneración del hueso; de la conservación de la juventud; de la desaparición de la vejez; de la rehabilitación de los distintos elementos histológicos anexos y relativos al sístema óseo, tales como articulaciones y músculos.

Se recomiendan sesiones diarias, en la medida que se pueda.

Al levantarse
Antes del desayuno
Antes del almuerzo
Antes de la merienda(última comida de cada día)
Antes de acostarse
Si estas sesiones diarias no pudiesen llevarse a cabo tan estrictamente, por lo menos bajar la cabeza por debajo del estomago.

Esto ayudara a encontrarnos, a encontrar la paz y también la luz que nos hace falta para caminar en esta existencia. Que el AMOR, la PAZ, la ARMONIA COSMICA y la JUSTICIA reinen en nuestros Corazones y Casas. Así sea.

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