Jorge Reina
A
mis hermanos Bomberos, a los que son Bomberos de verdad, a los pocos
que todavía recuerdan, nuestras noches de guardia, en la Noche Buena y
el Año Nuevo, compartiendo el panetón con mantequilla y su jarro de
chocolate, que nos traía el cura Del Risco, perdón digo el comandante
Canito o mejor dicho el Señor Comandante Del Risco, donde había tanta
camaradería y se sentía la mística bomberil, en su máxima expresión y el
abrazo de felicitación, a veces en una emergencia, era un
intercambio de vibraciones espirituales de sana y franca amistad entre
hermanos de corazón que jamás nos "pisábamos la manguera" y nos
protegíamos los unos a los otros, aunque algunos, como Panchito, que nos
dejó temprano, quería sacrificar al pavo Loyóla y había uno que otro
que prefería, aunque sea al pato blanco o al sancocho. Por esas noches de guardia en el cuartel, cuya mision de ayuda a nuestros semejantes, entendían plenamente, nuestras familias y que habían aceptado cambiarlas por otras diferentes a nuestro servicio, por esos recuerdos del ayer, que ahora añoramos, los que todavía quedamos, algunos en el Perú, otros en el extranjero, elevemos nuestras oraciones y pidamos al Altísimo que proteja a nuestros hermanos Bomberos en estas Fiestas y si es posible traiga la Paz, a nuestra Institución, que tanto necesita.
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