EL DÍA DE LOS ENAMORADOS EN LA TERCERA EDAD
 Pastillita para el Alma 13 febrero del 2014
 Soñemos, abriguemos nuestros ensueños, nuestras ilusiones y arrullemos 
nuestros recuerdos, que son de nosotros, nuestra propiedad privada, sin 
edad, sin tiempo, sin condicionamientos.
 Dicen que el viejo ya no sabe amar y lo que ayer perturbó su mente, se fue para no volver.
 Piensan, que amar es simplemente ser amado, gustar, saborear la 
cercanía de una mujer o de un 
hombre que llene una ilusión o un vacío, a
 veces no correspondido.
 Amar, es mucho más. Es sentir en carne viva
 la llama vibrante del amor que ennoblece, que alegra, que te hace 
sentir en el paraíso, que te hace dudar que lo que das es poco y no  lo 
suficiente para  aquel que comparte tu vida, para esa persona amada que 
sabe de tus ternuras y tristezas.
 Insensatos aquellos que ven, en la
 persona encorvada por el peso de los años, que ya no vibra con las 
fuerzas pasionales del joven que arrebata y muere en los besos ardientes
 que le hicieron perder su vida loca, que se regocija de sus conquistas o
 llora un amor desesperado…, para nosotros el cariño se nota en la 
dulzura de ojos que te miran, de las palabras que suenan a himnos de 
gloria, a pedacitos de cielo enclavados en lo más profundo de nuestro 
ser, porque aprendimos a vivir en un mundo raro y sabemos acomodarnos en
 las sombras de nuestra soledad o en el brillo de la luz parpadeante, en
 la penumbra de nuestra existencia que se agarra a la compañía de los 
que nos rodean y nos llenan con su presencia los anhelos de caricias que
 tal vez, se perdieron en la bruma de los tiempos. 
 Claro que la 
pasión ya no es la misma de cuando nuestros abriles eran medianamente 
pocos, pero esa energía que ayer perturbó nuestros sueños, se ha 
convertido en algo maravilloso que se siente en la caricia del ser amado
 a tu lado, del apretón de manos del hijo hecho hombre, del beso en la 
frente de las hijas, que son signos de ternura y amor filial, de la 
mirada y el cariño de los nietos que con sus tiernas manitos, te hacen 
sentir que te necesitan y  nos hacen acostumbrarnos a todas esas cosas 
asombrosas que justifican nuestra presencia en la tierra.
 El viejo, 
 paladea las remembranzas de aquel amor que ayer dio luz a su vida, 
siente y  entiende que las heridas producidas por  ese amor imposible, 
que no pudo ser, nunca se cierran y camina y lleva la lesión en su alma 
quebrantada, aunque ría y finja por fuera.
 Nuestra tercera edad, nos
 hace valorar a los sinceros amigos. Reconocer que una verdadera amistad
 es solo una ilusión, que te engaña, te traiciona o vale, mientras 
tienes una buena posición y desaparece cuando caes en infortunio o 
desgracia o tienes el atroz delito de ser pobre o estar enfermo del 
cuerpo y el alma. Amigos buenos son los que están con nosotros, aunque 
sea en su lejanía, cuando se los necesita, cuando comparten alegrías y 
tristezas sin interés, no aquellos que lamentan tu partida, entre 
chistes y chascarros, en la noche de tu velorio.
 El viejo ama con 
inteligencia, saboreando los momentos más dulces que le llenaron en su 
juventud. Ama a la persona amada y agradece a la vida la felicidad de 
tener en quien apoyar su cabeza, en quien confiar sus cuitas, de quien 
sentirse orgulloso por la mujer que D+os lo puso en su camino, que le 
dio un hijo y le hizo no cumplir un juramento. Ama y pide al cielo que 
detenga  el tiempo mientras podamos valernos por nosotros mismos y nunca
 permita que seamos una carga pesada para nuestra familia y cuando nos 
toque irnos, nos vayamos llevando el sabor de la felicidad por nuestro 
tiempo de vida y por las personas que nos rodearon y amamos.
 Ese es 
para nosotros los de la tercera edad el Día de los Enamorados, el día 
que D+os nos dio el milagro de que aparezca una dicha en nuestras vidas y
 nos enseñó a vivir tan enamorados de las cosas que hicimos y todavía 
hacemos, enamorados de nuestra juventud acumulada sin odios, sin 
envidias, sin revanchas, llevando una gran dulzura en nuestras venas, 
regalando bondad y amor, porque el que ama, no se hace viejo, porque el 
Amor, es el eterno fuego de la juventud.
 Jorge REINA Noriega
 *AYÚDAME A AYUDAR*
LA ORGANIZACIÓN FAMILIAR FILANTRÓPICA, *SERVICIOS MÉDICOS REYNOR*, NO ES UNA "ONG", LABORA EN LIMA Y PROVINCIAS, REALIZANDO OPERACIONES DE CIRUGÍA PLÁSTICA, A PACIENTES POBRES DE LABIO LEPORINO, FISURA PALATINA, SECUELAS DE QUEMADURAS POR ACCIDENTES Y DE TERRORISMO. AHORA, CON ATENCIÓN DOMICILIARIA DE CURACIONES de ESCARAS Y QUEMADURAS DIVERSAS. 999048355, 5606628, 835*4696, rpm #249421 reynor@terra.com.pe o jorgereinan@gmail.com
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